En el mundo empresarial, los planes de control organizacional son herramientas esenciales para garantizar que las empresas logren objetivos estratégicos. Actualmente, sin embargo, diseñar un plan no es suficiente; pues realizar un seguimiento efectivo a las decisiones tomadas constituye la otra parte crucial de la estrategia.
En el presente artículo, te contaremos cómo estructurar, implementar y monitorear planes de acción para maximizar su impacto dentro de tu empresa. ¡Comencemos!
Un plan de acción es una estrategia detallada orientada al cumplimiento de un objetivo específico. Funciona como una hoja de ruta que organiza las tareas, define responsables y establece plazos claros para su ejecución.
Algunas de las partes clave de un plan de acción son:
Por ejemplo, un plan de acción para mejorar el clima laboral en una empresa podría incluir encuestas periódicas, actividades lúdicas, talleres de liderazgo y evaluación de resultados.
Cada tipo de plan de acción obedece a necesidades específicas dentro de la organización:
Por ejemplo, un plan preventivo puede incluir una serie de capacitaciones en ciberseguridad para evitar ataques informáticos.
Un plan efectivo, inicialmente, debe basarse en la claridad de la comunicación y en preocuparse que los colaboradores de una organización comprendan completamente los objetivos de la empresa y lo que esta busca comunicarles. De acuerdo a la Escuela de Negocios de Harvard, el 95% de los colaboradores no comprenden ni interpretan los mensajes que su empresa les comunica.
El seguimiento es una parte crucial de cualquier plan de acción, pues no solo permite identificar obstáculos, evaluar el desempeño y realizar ajustes en tiempo real, también nos indica, de forma directa y tácita, si nuestro plan está funcionando o no ha tomado el camino correcto. Sin esta etapa, incluso los mejores planes pueden fallar debido a problemas, imprevistos o falta de compromiso.
Beneficios del seguimiento:
Medir los resultados es fundamental para evaluar si el plan está cumpliendo con sus objetivos. Algunas maneras útiles de hacerlo incluyen:
Por ejemplo, si el objetivo es reducir la rotación de personal, un KPI relevante podría ser la tasa de retención trimestral del talento.
Para tener un plan exitoso no existe un solo camino. Es necesario que cada empresa descubra la forma de alcanzar sus objetivos de acuerdo a sus necesidades y competencias. En cuanto al seguimiento de los planes, es esencial utilizar las siguientes acciones:
Además, la retroalimentación continua fomenta un ambiente de mejora constante y compromiso.
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