Las vacaciones son el quiebre perfecto, para cuidar nuestra salud física y mental. WordReference lo define como: "Período de descanso durante el que se interrumpe una tarea o actividad habitual". Esto conlleva a un tiempo de recreación, desconexión y descanso para estar sólo(a), con los amigos o la familia.
Nos sirve para refrescarnos y así poder retomar con más energía nuestras tareas habituales. Así que si todavía no has tomado un descanso, anímate a hacerlo.
Si aún no te convences, entonces aquí te dejamos las razones por las cuales debes tomarte vacaciones y el por qué ayuda a la productividad laboral. ¡Aprovecha y sal a disfrutar de la vida!
No tomar vacaciones puede ser muy dañino y desgastante para la mente y el cuerpo.
Se habla del estrés, el cual provoca síntomas como: migrañas, insomnio y dolores estomacales. Si no es tratado a tiempo se puede llegar a desarrollar una enfermedad física o psicológica.
Existen varios estudios al respecto, uno de ellos, de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), en donde descubrieron que las personas que no tomaban vacaciones anuales eran 32% más propensos a morir de un ataque al corazón.
Tomar un descanso, para salir del modo automático, permite darse un tiempo para reorganizarse y definir prioridades.
Es importante tener espacios de reflexión, para reordenar aspectos importantes de la vida que fueron dejados de lado o simplemente soñar e ir más allá con proyectos personales y/o profesionales que me puedan aportar a mi felicidad y tranquilidad.
Sabemos que un componente importante de la felicidad es mantener relaciones interpersonales saludables.
A veces con todo el trabajo que se tiene cuesta darse el tiempo para revitalizar y profundizar en las relaciones con nuestra familia, amigos o incluso nuestra pareja.
Es importante darse el tiempo de volver a conectar y sintonizar con el otro.
Hacer un pare en la rutina laboral, ayuda a que puedas conectar nuevamente en tú trabajo con más energía. Esto provoca un impulso para mejorar aspectos como:
Al descansar mentalmente y estar en un ambiente distinto, puedes dejar llevar la imaginación con más facilidad y así observar la realidad desde diferentes perspectivas, como también, crear nuevas realidades.
Esto conlleva a estados de inspiración, creatividad e innovación.
Con nuestra mente más despejada y relajada, se puede pensar de una manera más clara y precisa, lo que permite ser más asertivo en la toma de decisiones.
De esta manera evitamos posibles errores o confusiones que dificultan el desempeño laboral de los colaboradores.
Descansar, dormir, hacer cosas que te gustan y relajarte, te aleja del estrés que vivimos diariamente. Es por lo que este período de descanso te ayuda a retomar energías y ganas para volver a la rutina habitual.
Esto potencia tu desempeño al estar con una mayor concentración, disposición y satisfacción, lo que aumenta la productividad.
- Idealmente, antes de salir de vacaciones se debería intentar terminar todas las tareas pendientes. De esta manera aseguramos disminuir la presión o intranquilidad que esto pudiera producir.
- Se recomienda tomar vacaciones en dos fases: Un período más largo, de un mínimo de dos semanas, para que exista un real período de desconexión y otro período más breve, unos meses después de haber tenido las vacaciones más extensas.
- Ya terminando las vacaciones, se aconseja hacer ejercicios de visualización, es decir, utilizar la imaginación de cómo se quiere volver al trabajo, aceptando el ritmo, riéndose con los compañeros, hablando con el jefe sobre nuevos proyectos, etc. De esta manera se realiza una adaptación más progresiva al regreso de vacaciones.
En nuestro país, el artículo 186 del Código Sustantivo del Trabajo, establece que todo colaborador tiene derecho a vacaciones, de 15 días hábiles remunerados por cada año trabajado. Es importante mencionar que no se tienen en cuenta los fines de semana ni los días festivos.
Por lo tanto, ¡no olvides que las vacaciones son un derecho y una obligación para tu autocuidado!