En Colombia, con la nueva reducción de jornada laboral, los colombianos trabajan alrededor de 230 horas al mes. Por lo que, la renuncia al trabajo se vuelve una opción para ir en busca de mejores oportunidades y crecimiento profesional. Sin embargo, para romper el compromiso que se tiene con la empresa y realizar la terminación del contrato de trabajo, es necesario tener en cuenta los aspectos legales como el tiempo de anticipación y los trámites correspondientes.
En Colombia, la ley laboral actualmente no exige un tiempo específico de preaviso para que los empleados informen su renuncia. Según refiere el Ministerio de Justicia en su página oficial, los trabajadores actualmente pueden renunciar en cualquier momento de la relación laboral sin enfrentar sanciones o descuentos por no notificar con anticipación. A pesar de ello, en la práctica empresarial se considera prudente avisar con al menos dos semanas de anticipación, especialmente si el cargo es clave o difícil de reemplazar.
Lo más recomendable es hacerlo con al menos 15 días de anticipación. Este período es considerado una práctica profesional que permite al empleador tener tiempo para gestionar la transición, buscar un reemplazo y garantizar que las responsabilidades pendientes queden bien cubiertas. En cargos de mayor responsabilidad, como puestos directivos o especializados, es aconsejable incluso avisar con un mes de antelación, para asegurar una salida ordenada y evitar cualquier afectación operativa.
La renuncia idealmente debe ser presentada por escrito. Lo ideal es redactar una carta sencilla que especifique la fecha de terminación de la relación laboral y, si lo considera conveniente, los motivos de la renuncia. Aunque es posible dar explicaciones detalladas, siempre es recomendable mantener un tono profesional y positivo.
Después de que el trabajador presenta su renuncia, el vínculo laboral termina en la fecha especificada en la carta. En ese momento, el empleador está obligado a realizar la liquidación de las acreencias laborales correspondientes. Esta liquidación incluye el pago de salarios pendientes, prestaciones sociales, las vacaciones acumuladas y demás acreencias legales y extralegales a las que el trabajador tenga derecho. Si el empleador no cumple con este proceso de manera oportuna, puede enfrentar sanciones moratorias.
En caso de que surjan inconvenientes durante el proceso de renuncia o en el pago de la liquidación, el trabajador tiene la opción de acudir a un Inspector del Trabajo. Este puede asesorar al trabajador e, incluso, mediar para resolver el conflicto.
Un trabajador puede alegar haberse retractado de su renuncia si el empleador aún no la ha aceptado. En este caso, la renuncia se considera un acto unilateral que, al ser notificado al empleador, pone fin a la relación laboral. Sin embargo, si el trabajador decide retractarse antes de la aceptación formal por parte del empleador, puede intentar dejar sin efecto la renuncia.
Con las soluciones de nuestros módulos te ayudamos a crear lugares de trabajo más felices, lo que se traduce en disminución de rotación de colaboradores y además, ahorro de tiempo en tareas administrativas. Agenda una llamada aquí y con gusto te acompañaremos en todo el proceso.