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Felicidad en el trabajo: ¿la clave para una empresa financieramente sólida?

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| 9 Minutos de lectura

| Publicación agosto 11, 2025| Última actualización agosto 11, 2025


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La relación entre la felicidad de los colaboradores y la solidez financiera de una empresa ha pasado de la intuición a la evidencia. El nuevo estudio de Felicidad Organizacional 2025 , que abarcó más de 1.000 empresas y 117.000 colaboradores en Chile, Colombia, México y Perú, explora cómo el bienestar organizacional se vincula con la percepción de estabilidad económica de las compañías.

 

En este artículo exploraremos cómo la felicidad organizacional puede convertirse en una ventaja competitiva para las empresas, y qué aspectos se deben tener en cuenta al hablar de bienestar y felicidad en el trabajo. El objetivo es ofrecer una perspectiva adaptada al contexto colombiano, manteniendo el fondo y los hallazgos clave del análisis original pero con ejemplos y expresiones relevantes para profesionales de Recursos Humanos y líderes empresariales en Colombia.

¿Qué es la felicidad organizacional y cómo se mide?

La felicidad organizacional, al igual que la felicidad individual, es un concepto multidimensional e intangible, lo que la hace difícil de definir. Desde Aristóteles hasta académicos contemporáneos han buscado respuestas y, aun así, no existe una definición única. Sin embargo, hay cierto consenso en dos aspectos clave de la felicidad individual.

 

  • Aspecto afectivo: hace referencia a los estados de ánimo y emociones de las personas.
  • Aspecto cognitivo: se relaciona con cómo cada individuo percibe su vida y cuán cerca siente que está de su situación ideal.

Llevando estos aspectos al mundo laboral, podemos decir que la felicidad organizacional se compone de las emociones que experimentan los colaboradores en el trabajo y de la percepción que tienen sobre su propia experiencia laboral. Es decir, no solo importa cómo se sienten en su día a día, sino también cómo evalúan su trabajo en función de sus expectativas y metas personales.

¿Cómo se midió la felicidad y la solidez financiera?

El estudio empleó el Net Happiness Score (NHS) como métrica principal para evaluar la felicidad organizacional. Este indicador, construido a partir de las respuestas de los colaboradores a la afirmación “Soy feliz en mi lugar de trabajo”, se expresa en una escala de -100 a 100 y representa el equilibrio entre trabajadores satisfechos y no satisfechos dentro de cada compañía. En paralelo, la percepción de solidez financiera se recopiló a través de un cuestionario dirigido a los líderes de las organizaciones, quienes calificaron la situación financiera de sus empresas en distintos niveles, desde “muy sólida” hasta categorías inferiores.

Hallazgos clave en Colombia: brechas por edad y antigüedad

Uno de los hallazgos más destacados del estudio es la disminución gradual de la felicidad laboral a medida que las personas suman años dentro de la organización, un fenómeno particularmente visible entre los colaboradores más jóvenes. Aunque muchos inician su trayectoria laboral con altos niveles de bienestar —lo que se conoce como la “etapa de luna de miel”— ese entusiasmo inicial suele decaer con el paso del tiempo. Esta tendencia, más pronunciada entre personas de la Generación Z y los Millennials, evidencia que a muchas empresas les cuesta mantener el compromiso emocional una vez superado el primer año. En contraste, en generaciones mayores, la experiencia acumulada parece funcionar como un factor estabilizador; en cambio, entre los más jóvenes, sostener la motivación requiere esfuerzos intencionados en desarrollo profesional, reconocimiento y propósito laboral.

Grafica que muestra como disminuye la felicidad organizacional en el trabajo

Las empresas con mayores niveles de felicidad organizacional tienden a percibirse como más sólidas en términos financieros

Los datos muestran diferencias significativas entre las organizaciones con altos niveles de bienestar (Top 10% NHS) y el resto: dentro de este grupo, un 29% se ubica en la categoría más alta de solidez financiera (“muy sólida”), frente a solo un 20% entre las demás empresas.

 

En otras palabras, pertenecer al segmento de compañías más felices se asocia con una mayor percepción de estabilidad económica. Este hallazgo sugiere que el bienestar interno puede funcionar como un reflejo de estructuras financieras más robustas.

 

Las organizaciones donde las personas se sienten bien no solo logran construir un mejor ambiente laboral, sino que también muestran una visión más confiada sobre su situación financiera. Esto va en línea con estudios previos que han vinculado climas laborales positivos con mayor eficiencia, menores tasas de ausentismo y mejores resultados económicos.

 

Para los líderes empresariales en Colombia, la conclusión es clara: el nivel de bienestar de los equipos puede ser un termómetro temprano de la salud organizacional, especialmente en contextos dinámicos y desafiantes.

 

Las empresas más felices tienen un mayor porcentaje de empresas sólidas financieramente

Distribución de empresas que se perciben como “muy sólidas” financieramente, según si pertenecen (izquierda) o no (derecha) al Top 10% en felicidad organizacional (NHS). En azul, porcentaje de empresas “muy sólidas”. En celeste, empresas que no alcanzan ese nivel de solidez. 

 

Grafica que muestra como afecta la felicidad a la solidez financiera

 

Fuente: Ficha de contexto Organizacional y Building Happiness 2025. N = 424

¿Por qué importa cómo perciben las finanzas quienes lideran?

Cuando los líderes de una empresa perciben que su organización goza de buena salud financiera, esa confianza suele venir acompañada de resultados concretos. Distintos estudios en la región han encontrado asociaciones relevantes entre la percepción interna de solidez económica y diversos indicadores objetivos de desempeño.

 

  • Mayor inversión y crecimiento: Por ejemplo, un informe del Banco Central de Reserva del Perú demostró que el índice de confianza empresarial —que recoge cómo ven los empresarios la situación financiera y el entorno de negocios— guarda una fuerte correlación con la inversión privada. Se estimó que cerca del 18% de la variabilidad en la inversión está explicada por cambios en dicha percepción, como mejoras en las expectativas sobre el clima económico  (Banco Central de Reserva del Perú, 2016).  Esto sugiere que cuando las organizaciones se consideran financieramente estables, tienden a invertir con mayor seguridad, impulsando así su expansión futura.
  • Mejores resultados y resiliencia: Algo similar se observó en un estudio realizado durante la pandemia, que analizó a más de 35.000 micro y pequeñas empresas en ocho países de América Latina. Los resultados mostraron que aquellas lideradas por personas con expectativas financieras más optimistas (por ejemplo, quienes creían en una recuperación rápida del negocio) presentaron mejores resultados económicos a mediano plazo.  Las empresas con mejores expectativas iniciales sufrieron menores caídas de ingresos y tasas de cierre durante la crisis (Guerrero et al, 2021). Esto evidencia que la percepción de estabilidad financiera anticipa una mayor resiliencia ante shocks económicos.
  • Preparación frente a crisis: A nivel global, también se ha documentado esta relación. El Fondo Monetario Internacional ha señalado que las empresas con estructuras financieras sólidas y buena gestión interna están en mejor posición para responder ante crisis como la pandemia y apoyar objetivos de desarrollo (FMI, 2020). En otras palabras, cuando los líderes consideran que su organización es financieramente fuerte, probablemente cuentan con márgenes adecuados, liquidez disponible y estructuras operativas más robustas que les permiten atravesar momentos complejos sin comprometer su funcionamiento esencial.

En resumen, la evidencia disponible respalda que la percepción de solidez financiera por parte de quienes lideran una organización no es simplemente una sensación subjetiva o un exceso de optimismo: en muchos casos, refleja condiciones reales del negocio. La confianza interna en la salud financiera de una empresa funciona como una señal anticipada de su rendimiento. Por eso, las evaluaciones que hacen los líderes sobre la solidez de su organización sí tienen peso: están alineadas con el desempeño medible de la empresa y con su trayectoria proyectada en el mediano plazo.

 

Prácticas de bienestar en empresas financieramente sólidas

Otro hallazgo relevante del estudio tiene que ver con la manera en que las organizaciones financieramente sólidas gestionan el bienestar de sus equipos. Se analizaron seis prácticas comunes asociadas al cuidado de las personas, comparando su presencia en empresas con alta percepción de solidez económica frente al resto.

 

El patrón es claro: las organizaciones que se consideran más estables financieramente tienden a implementar con mayor frecuencia iniciativas orientadas al bienestar. Por ejemplo, el 67 % de estas empresas reporta contar con programas de liderazgo activos, mientras que en el resto ese porcentaje desciende al 53 %.

 

También se observan diferencias importantes a favor del grupo más sólido en áreas como actividades de integración (team building), programas de voluntariado estructurado y esquemas de beneficios flexibles. Este tipo de acciones contribuye a construir un entorno laboral positivo y fortalecer el compromiso del equipo, lo cual podría explicar su mayor prevalencia en empresas con mejor desempeño general.

 

Es interesante notar que en políticas más tradicionales —como las relacionadas con remuneraciones o incluso la entrega de días adicionales de vacaciones— no se evidenciaron diferencias significativas entre los dos grupos. Esto sugiere que el diferencial no está necesariamente en “gastar más”, sino en dirigir los esfuerzos hacia aquellas prácticas que fortalecen la cultura, el sentido de propósito y los vínculos dentro de la organización. Para los equipos directivos, la lección es clara: las iniciativas “blandas” enfocadas en liderazgo, cohesión, propósito y flexibilidad pueden tener un impacto duro y medible en cómo se sienten y rinden las personas en el trabajo.

Qué hacen distinto las empresas financieramente más sólidas: el foco en las prácticas de bienestar

Gráfico de prácticas de bienestar implementadas (% de empresas) según la autoevaluación financiera: empresas “sólidas” (🔵) vs “no sólidas” (🟠). Se incluyen seis prácticas comunes (marcadas con * cuando la diferencia es significativa).

Gráfico de prácticas de bienestar implementadas

 

Fuente: Ficha de contexto Organizacional y Building Happiness 2025. N = 424

 

¿Cómo medir la felicidad laboral en tu empresa?

Una de las maneras más eficaces de medir la felicidad laboral es mediante Building Happiness, una medición desarrollada por Buk que ya ha sido implementada en más de mil organizaciones de Colombia y otros países de la región. En esta evaluación, las y los colaboradores responden si se consideran felices en su lugar de trabajo, junto con otras 27 preguntas que abordan dimensiones como bienestar, compromiso, valoración y sostenibilidad.

 

A partir de esas respuestas se construye un indicador llamado Net Happiness Score (NHS), que permite conocer el nivel de felicidad organizacional de una empresa y compararlo con otras del mismo país o sector. Participar en esta medición ofrece un diagnóstico claro y útil para tomar decisiones de gestión basadas en datos reales.

Bienestar organizacional en tiempos de incertidumbre económica

Las organizaciones que cuentan con culturas internas sólidas y equipos cohesionados tienen mayor capacidad para enfrentar escenarios económicos adversos. Son más ágiles para adaptarse, logran mantener la moral en alto y sostienen niveles de productividad incluso cuando otras atraviesan dificultades. En ese sentido, invertir en la felicidad del equipo se convierte en una especie de amortiguador estratégico frente a la incertidumbre: fortalece la retención del talento, incrementa el compromiso y permite que la empresa afronte periodos críticos desde una posición más estable.

Conclusión: el bienestar como inversión estratégica

Lejos de ser un beneficio accesorio o una tendencia pasajera, la felicidad organizacional aparece en este estudio como una palanca clave para el desempeño empresarial. Los datos son claros y ofrecen una señal potente a gerencias generales y áreas de talento humano: las empresas que promueven altos niveles de bienestar no solo se perciben más sólidas financieramente, sino que además implementan prácticas que fortalecen culturas organizacionales más sanas, cohesionadas y resilientes. En lugar de tratar las iniciativas de bienestar como un gasto prescindible en contextos complejos, es momento de reconocerlas como lo que realmente son: una inversión con impactos concretos en compromiso, innovación y sostenibilidad a largo plazo.

 

¿El siguiente paso? Medir y gestionar el bienestar dentro de tu propia organización. Utilizar herramientas como el Net Happiness Score y compararse con otras empresas del sector permite entender mejor el punto de partida y priorizar acciones de mejora. Te invitamos a conocer el estudio completo Building Happiness 2025 y a reflexionar sobre el rol que cumple la felicidad laboral en tu empresa. Porque al final del día, cuidar el bienestar de las personas no solo transforma la experiencia diaria de trabajo: también da forma a empresas más fuertes, adaptables y preparadas para lo que viene.

 

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Analista de Research en Buk, especializado en estudios laborales y análisis de datos para comprender tendencias del...

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