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Columna del Experto

La próxima ola de innovación vendrá de mujeres liderando equipos

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| Publicación diciembre 11, 2025| Última actualización diciembre 11, 2025


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Podríamos pasar años analizando las razones detrás de la inequidad de género: el machismo, las estructuras sociales históricas, los roles tradicionales que asignaban a la mujer el cuidado del hogar y al hombre la provisión económica, o la aversión al riesgo que culturalmente se nos inculcó durante generaciones. Todas estas teorías tienen fundamento, y por eso miles de personas las han estudiado a profundidad.

 

Esa no soy yo.

 

Porque seguir mirando solo hacia atrás no explica lo que estamos viviendo hoy: una transformación profunda en la forma de liderar, crear y dirigir equipos en tecnología. Lo relevante no es únicamente entender por qué hubo inequidad; es reconocer que la próxima ola de innovación vendrá de mujeres liderando equipos. No como un ideal romántico, sino porque los datos, la evolución del mercado y el comportamiento humano apuntan claramente hacia allá.

 

Para mí, la forma más práctica de entender la equidad, de género o de cualquier tipo, es reconocer el potencial que existe en las personas, particularmente en nosotras, las mujeres, que durante años creímos que para liderar o crecer profesionalmente teníamos que sacrificar lo que nos hacía femeninas. Ese paradigma murió. Hoy reivindicamos lo que somos, entendemos el valor que aportamos y, como lo hacemos en Puras Duras, buscamos multiplicar ese impacto desde nuestra autenticidad.

1. Reconocer el potencial femenino potencia lo que ya existe

No se trata de pensar que todo mejora automáticamente porque haya más mujeres en una sala. Se trata de entender que, cuando una organización reconoce la mirada, el criterio y la capacidad que una mujer aporta, se amplifica lo que ya funciona y se corrigen puntos ciegos que nadie más veía.

 

Los datos lo confirman. Según Boston Consulting Group (2018), las compañías cuya alta dirección tiene diversidad por encima del promedio obtienen 45% de sus ingresos de productos lanzados en los últimos tres años, frente a 26% en compañías menos diversas. Eso es un diferencial de innovación. Además, logran márgenes operativos 9 puntos mayores. Las empresas del S&P 500 con más mujeres en juntas directivas también superan consistentemente a sus pares en rentabilidad sobre patrimonio y sobre ventas, una tendencia documentada por Catalyst y vigente más de una década después (Catalyst, The Bottom Line, 2020 update).

 

La diversidad también mejora la calidad y velocidad de las decisiones. Equipos con liderazgo diverso toman decisiones un 87% más rápido y con mejores resultados, gracias a la reducción del pensamiento homogéneo y a la capacidad de prever riesgos antes de que escalen (Cloverpop, Hacking Diversity with Inclusive Decision-Making, 2017). 

 

Estas cifras cobran vida cuando pienso en mujeres Puras Duras como Tania Alanis, quien en FEMSA rompió silos y lideró la apuesta D2C en ocho países; o Carolina Astaiza, que en Platzi está convirtiendo HR en un músculo tecnológico, como lo logró en otras empresas al ahorrar más de 1.200 horas al año y reduciendo un 40% el time-to-productivity. No transformaron equipos “por ser mujeres”: lo hicieron porque su forma natural de ver sistemas completos, anticipar riesgos y conectar puntos amplió la capacidad innovadora de sus organizaciones.

2. El liderazgo femenino impulsa el máximo potencial del equipo

Para muchas de nosotras, hacer que otros florezcan no es solo una habilidad profesional: es parte de nuestra naturaleza. Acompañar, escuchar, crear entornos seguros y potenciar el talento de quienes nos rodean es simplemente la forma en que nos relacionamos con el mundo.

 

Ese estilo: habilitador, colaborativo, centrado en las personas, es exactamente lo que necesitan los equipos tecnológicos actuales: ágiles, interdisciplinarios, donde la velocidad se construye desde la confianza, la adaptabilidad y el trabajo genuinamente colectivo.

 

Y ya está demostrando resultados. McKinsey (2023) encontró que las empresas en el cuartil superior de diversidad de género en liderazgo tienen 39% más probabilidad de superar financieramente a sus pares. Y el flujo de ingresos por innovación puede aumentar hasta 19 puntos cuando los equipos combinan diversidad demográfica y cognitiva (BCG, How Diverse Leadership Teams Boost Innovation, 2018).

 

Pienso en Laura Velásquez, CEO de Arkangel AI, quien basa su liderazgo en reconocer que la complejidad personal es fuente de creatividad como ella misma lo dice: “Si alguien ha vivido situaciones difíciles, trae ideas que nadie más podría generar”. Su equipo, lleno de perfiles que otras compañías descartarían, hoy opera en 18 países, ha impactado a más de 68 millones de personas y ha implementado soluciones en más de 300 hospitales. O en Carolina Ibargüen, CEO de Kantar Ibope Media, quien ha liderado iniciativas de inclusión como KIND en toda Latinoamérica y ha sido reconocida como Mujer Poderosa y Exitosa (Revista Gerente, 2019), Women to Watch (2020) y Mujeres que Inspiran (Page Group, 2021). Su trabajo demuestra que el talento florece cuando se habilitan entornos donde cada persona puede aportar desde su singularidad.

3. Las mujeres están creando soluciones para problemas que el mundo ignoró por décadas

Durante mucho tiempo, los productos, servicios y tecnologías fueron diseñados de hombres para hombres. Esto dejó por fuera experiencias completas y ciclos vitales que nunca fueron considerados “problemas” simplemente porque quienes tomaban decisiones no los vivían.

 

Los datos muestran la magnitud del vacío: las mujeres influimos en 80% de las decisiones de compra globales (Forbes, 2020; The Economist, 2024), pero menos del 10% de las tecnologías en el mercado fueron diseñadas pensando en nosotras (SVB Women in Technology Report, 2021). La fuerza económica más grande del mundo ha sido atendida por productos que no fueron diseñados para nuestras necesidades. Y la expectativa cambió: 77% de los consumidores prefiere empresas que promueven diversidad y equidad en todos los niveles, no solo en marketing (Deloitte, DEI Report, 2022).

 

Esto abre un enorme océano azul. Cuando lideramos equipos tecnológicos, identificamos fricciones que otros normalizaron durante décadas, hacemos visibles problemas que no estaban en el radar y diseñamos soluciones más humanas, más inclusivas y más universales.

 

Lo veo en Puras Duras en mujeres como Caterine Castillo y Paola Fuertes, fundadoras de Neivor, quienes entendieron que vivir bien no es un lujo, es una necesidad. Digitalizaron la administración de edificios, pagos, comunicación y convivencia con una sensibilidad de “nadie debería negociar vivir bien y tranquila”. O en Daniela Botero, fundadora de Lezat, quien después de años de trabajar en tecnología entendió que la productividad no sirve de nada si destruye la vida personal. Su solución basada en IA ayuda a las personas a vivir de forma más integrada y sostenible, permitiéndoles dedicar tiempo a lo que aman sin perder eficiencia.

Conclusión

Entiendo la frustración, la rabia y el cansancio de ser víctimas de sesgos que todavía persisten solo por ser mujeres. Pero entre más nos enfoquemos en lo que nos limita, más alimentamos ese mismo ciclo. Atraemos lo que pensamos y nos convertimos en la historia que nos contamos. 

 

Veamos el potencial que hay en la mujer como una fuente creadora y que da vida, no solo a hijos…también a grandes empresas.

 

Por: Isabella Orduz

CEO y Co-Fundadora de Puras Duras y Angel Inversionista

¡Soy Isabella! CEO y cofundadora de Puras Duras y una apasionada por el empoderamiento de las mujeres. Comencé mi ...

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